12.07.2008: Contribución del Partido Marxista-Leninista de Alemania (MLPD) al XII Seminario Internacional "Problemas de la Revolución en América Latina", en julio de 2008 en Quito, Ecuador
Hace justamente 52 años el socialismo, con la restauración del capitalismo en la Unión Soviética, vivió su derrota histórica más grande. Sucedió un proceso de transformación en todos los países anteriormente socialistas en países capitalistas, incluida la República Popular China después de la muerte de Mao Tsetung. Después del derrumbe de la Unión Soviética en 1991, se desató en los medios de masas burgueses una ola de propaganda a nivel mundial de que el socialismo se había muerto para siempre. Los revisionistas modernos se convertieron en los testigos principales del anticomunismo.
Después de la caída del muro de Berlín, el MLPD en 1991 llegó en su IV Congreso del Partido a la evaluación siguiente:
"Durará años, quizá incluso décadas, hasta que las masas comiencen de nuevo a luchar por el socialismo. Esto requiere paciencia y perseverancia."
Hoy día tenemos una situación de partida que implica un gran desarrollo desde aquel entonces. Pero la derrota más grande del socialismo por la restauración del capitalismo todavía no se ha superado ni asimilado para un nuevo auge mundial en la lucha por el verdadero socialismo. Pero la ideología burguesa no pudo ni puede superar la ciencia del marxismo-leninismo. Carlos Marx nunca ha perdido su popularidad entre las masas. En una votación de los medios de comunicación sobre la personalidad más importante de la historia rusa, Stalin actualmente ocupa el primer lugar y Lenin el tercero. Hasta ahora han participado 1,3 millones de personas en esta votación. (fuente: diario Westdeutsche Allgemeine Zeitung del 9 de julio del 2008).
En todo el mundo crece la búsqueda por una fundamental alternativa social, y el socialismo está ganando un nuevo prestigio. Entretanto también en Alemania, un país central del imperialismo y una fuerza dirigente de la Unión Europea, la mayoría de la población piensa, según encuestas, que "el socialismo es una buena idea, que solamente se ha realizado mal". El instituto demoscópico burgués Allensbach constata con sorpresa: "La imagen ideal del socialismo ha salido notablemente intacto del fin de las dictaduras comunistas".
¿Qué entiende el MLPD por verdadero socialismo?
En nuestro programa sacamos las conclusiones de la degeneración revisionista:
"El socialismo representa una sociedad transitoria del capitalismo al comunismo. Para alcanzar sus objetivos comunistas la clase obrera organiza, con la dictadura del proletariado, la lucha de clases en el socialismo y practica el internacionalismo proletario. Su tarea principal consiste primero en reprimir la resistencia de los capitalistas y eliminar todas las bases de su existencia como clase. … La lucha de clases de la clase obrera debe remitirse al control del modo de pensar de los dirigentes responsables de la economía, del Estado y del partido. Esto expresa desde el comienzo la esencia de la dictadura proletaria: lucha ideológico-política sistemática por la conciencia socialista para superar la ideología burguesa en unidad con la transformación socialista de la base económica de la sociedad y del modo de vida social." (Programa del Partido Marxista-Leninista, págs. 37-38).
En Alemania podemos constatar que la conciencia de clase de la clase obrera y también de una creciente parte de las amplias masas está determinada por un marcado giro a la izquierda. Pero, sería una ilusión ultraizquierdista equiparar este general giro a la izquierda en Alemania, que también es un fenómeno internacional, con la conciencia de clase socialista y con el modo de pensar proletario, o pensar que se debe principalmente al trabajo de los marxistas-leninistas.
Una nueva fase histórica de transformación radical
En su discurso durante el 25 aniversario de la fundación del MLPD en agosto del 2007 nuestro presidente de Partido, Stefan Engel, comentó:
"Con la nueva organización de la producción internacional, el imperialismo ha llegado a un relativo límite histórico. Sus fuerzas productivas altamente desarrolladas a nivel internacional se rebelan contra las relaciones de producción imperialistas y las quieren romper. ¡La fuerza productiva más importante es el nacido proletariado industrial internacional, el sepulturero del capital financiero internacional y al mismo tiempo motor de la lucha de clases internacional!
El despertar de la conciencia de clases en un amplio frente en los países imperialistas, el comienzo de la internacionalización de la lucha de clases, luchas de masas en los países neocoloniales explotados y oprimidos que en América Latina llegan a una efervescencia revolucionaria, la nueva construcción de partidos marxistas-leninistas en muchos países del mundo, todo esto ha inaugurado, ante el transfondo de la nueva organización de la producción internacional, una nueva fase histórica de transformación radical".
En nuestra contribución para el 10º Seminario Internacional del año 2006 en Quito, hemos presentado eso más detalladamente. El imperialismo ha llegado a un relativo límite histórico. No se puede parar ni dar marcha atrás a la rueda de la historia. En su discurso de aniversario, Stefan Engel comenta en adelante:
"En el siglo XIX, con el desarrollo de los primeros tiempos del capitalismo, Marx y Engels transformaron la utopía del socialismo en socialismo científico. Con la eterna Comuna de París se logró en 1871 el primer intento de una revolución proletaria. Esta fue derrotada sangrientamente después de 70 días y fracasó debido a la falta de experiencia de los comuneros sobre la esencia del Estado. Marx y Engels sacaron la conclusión de que los obreros tienen que destruir el aparato de Estado burgués y que por un tiempo de transición deben instalar su dictadura del proletariado.
En el siglo XX, la clase obrera, apoyándose en la asimilación de esta derrota, conquistó el poder estatal no sólo en una ciudad: ¡Fue un tercio de la humanidad que en la mitad del siglo pasado vivía en países socialistas! Y tampoco durante sólo 70 días, sino que el socialismo vivió durante un período histórico de casi 60 años – de 1917 hasta 1976, cuando después de la muerte de Mao Tsetung también se restaurara el capitalismo en China.
Este gran intento de la humanidad no fracasó por influencia de afuera, sino que por la degeneración revisionista desde adentro debido al problema aún no solucionado del modo de pensar pequeñoburgués.
Los marxistas-leninistas de todo el mundo han sacado sus conclusiones: el socialismo sólo puede ser conquistado y construido con un modo de pensar proletario.
¿Por qué no debería ser posible que ahora, en el siglo XXI, con todas estas lecciones y ejemplos y bajo condiciones materiales mucho mejores que en el siglo pasado, consigamos dar con éxito un nuevo asalto en la lucha por el socialismo – y esta vez como un proceso revolucionario mundial?
La introducción de una nueva fase histórica de transformación radical del capitalismo al socialismo fue generada en primera línea por las leyes objetivas del modo de producción capitalista, mientras que el factor subjetivo sigue estando en contradicción a ello. En primera línea este giro a la izquierda es un reflejo espontáneo de esta fase histórica de transformación radical en el pensar, aún más en el sentir de las masas, pero no implica todavía una conclusión o decisión consciente respecto a su actuar.
"En primera línea espontáneamente" naturalmente no significa que este desarrollo en Alemania ocurra completamente sin influencia del sistemático trabajo partidario marxista-leninista que realizamos desde hace años. Un problema central de la estrategia y táctica proletaria en la lucha de clases y en la construcción del partido revolucionaria, resp. de la estrategia y táctica en la lucha por el modo de pensar es cómo se establece la unidad entre el aspecto objetivo y el aspecto subjetivo en la situación de transformación histórica radical.
La importancia de la doctrina del modo de pensar para la lucha por el socialismo
Una conclusión y una parte central de nuestra construcción del partido, hasta ahora exitosa, en uno de los principales países del imperialismo, es la doctrina del modo de pensar. No es ninguna casualidad que la doctrina del modo de pensar y el sistema de autocontrol del partido que desarrollamos como consecuencia de ella, es uno de los aspectos de nuestra línea más odiados entre la izquierda pequeñoburguesa. El movimiento obrero internacional siempre de nuevo hizo la dolorosa experiencia de que activistas y revolucionarios sinceros del movimiento obrero se pueden transformar en traidores a la causa obrera. Ante el trasfondo de estas experiencias, uno se ve enfrentado a menudo con un esquepticismo frente al socialismo, como en el enunciado: "cuando ustedes sean grandes, también van a ser iguales que los de arriba". La doctrina del modo de pensar no hace otra cosa que analizar las leyes inherentes en el desarrollo de la conciencia socialista, en la alterabilidad del modo de pensar, para tomar una influencia orientadora y revolucionaria en ello. El superar al sistema del modo de pensar pequeñoburgués, empleado por las capas dominantes como nueva arma a nivel internacional, resultó ser la línea que separa el éxito del fracaso. La doctrina del modo de pensar, como la hemos desarrollado en 1995 en el libro de Stefan Engel La lucha por el modo de pensar en el movimiento obrero (también se ha traducido al español), es la guía científica para organizar y ganar esta lucha de clases de tipo particular. En parte también surgieron malentendidos acerca de ello a nivel internacional, o sea, se nos reprochó de sustituir de esa manera la estrategia y táctica de la lucha de clases proletaria. Todo lo contrario. La estrategia y táctica en la lucha por el modo de pensar es un complemento y una condición indespensable para que las masas, bajo las condiciones actuales, puedan asimilar los argumentos, la estrategia y táctica revolucionaria del partido marxista-leninista y para que puedan tomar exitosamente el camino de su autoliberación. Según nuestra opinión, el problema del modo de pensar ha adquirido una importancia decisiva para la lucha de clases, para la construcción del partido y la preparación de la revolución proletaria internacional – no sólo en Alemania, sino a nivel internacional.
Bajo las actuales condiciones sociales modificadas han aumentado las exigencias al desarrollo de una conciencia de clases proletaria revolucionaria. Modo de pensar – eso implica toda la manera de pensar, de sentir y de actuar. Debido a sus ataques económicos, sociales y políticos contra las masas, este sistema de engaño no puede ofrecer nada positivo, sino que se limita cada vez más a desmoralizar, desorientar y desorganizar al movimiento obrero y popular, difundiendo el anticomunismo moderno. De lo contrario, el modo de pensar proletario compenetra las experiencias prácticas de la lucha con la teoría marxista-leninista, desarrollando así la conciencia de clase de acuerdo con la realidad objetiva que se transforma permanentemente. La lucha ideológica por el modo de pensar de las masas ha asumido un papel inmediato y decisivo en el desarrollo de la lucha de clases y de la conciencia de clase del proletariado. Sin que el movimiento obrero revolucionario en la construcción del partido y en la lucha de clases pueda superar la influencia del modo de pensar pequeñoburgués, no va a poder cumplir su misión histórica de superar el sistema capitalista y hacer realidad la sociedad socialista.
La discusión sobre el giro general a la izquierda
Ahora que el deseo de socialismo se difunde nuevamente bajo las masas en todo el mundo, nosotros tenemos en claro que existen ideas muy diferentes sobre qué es socialismo y por qué camino llegaremos a él. En su borrador del informe-balance al VIII Congreso del Partido el CC del MLPD ha demostrado que desde el VII Congreso en el 2004 teníamos que superar dos situaciones tácticas importantes: la primera fue la maduración de la crisis política abierta del gobierno de Schröder y de Fischer (SPD/ Los Verdes), que hemos calificado como "la crisis política abierta más larga desde la II Guerra Mundial" en Alemania. La segunda fue la fase de la relativa estabilización de la situación social con la gran coalición de SPD y CDU, que duró del 2006 hasta el 2007. Desde fines del 2007 vivimos una nueva fase de desestabilización relativa que sobre todo se expresa en la intensificación del proceso de desprendimiento de los partidos burgueses, del parlamentarismo burgués y de sus instituciones. Particularmente el SPD de esta manera se hundió nuevamente en una verdadera crisis partidaria. Su presidente de partido Beck es favorecido como canciller sólo por un 10% de la población, según las encuestas. Los dos grandes partidos burgueses de la coalición CDU/CSU y SPD juntos alcanzarían un 55 hasta 60% de los votos electorales. Con esto, se pone en cuestión cada vez más obviamente la tarea fundamental de los partidos monopolistas burgueses de ser la principal base de apoyo social de la dictadura de los monopolios. Sobre todo la caída de la socialdemocracia es un problema fundamental para el ejercicio del dominio de la dictadura de los monopolios bajo las condiciones de la democracia burguesa. La profunda crisis de la socialdemocracia en Alemania también es de importancia internacional, ya que, en relación con su dominación en las dirigencias sindicales derechistas, ha transformado a los sindicatos en factores de orden, y porque fue presentada en el movimiento obrero internacional como prototipo de la democracia burguesa.
En esta situación nació el partido de Izquierda, el que a pesar de todas las diferencias es estilizado y atendido por los monopolios con una amplia publicidad en los medios de comunicación masas, para que sirva como dique contra la izquierda revolucionaria, contra el MLPD. Es una unión del PDS neorevisionista y de la WASG – formada por miembros que abandonaron el SPD y por sindicalistas. A nivel de base, también existe muchas veces una cooperación entre miembros del MLPD y del Partido de Izquierda en diferentes asuntos políticos. En su Congreso realizado hace poco tiempo, la Izquierda anunció que en una alianza de gobierno con el SPD aspira "reformas sociales y pacíficas para superar el capitalismo...Por un renovado Estado de bienestar solidario". Pero no pudo imponer frente a los propios miembros su proposición de hacer acuerdos de incompatibilidad contra la cooperación con la izquierda revolucionaria, particularmente el MLPD. El partido revisionista DKP a su vez persiste en su cuento de las "reformas para superar el sistema", del "desplazamiento del poder de los monopolios" y de la "democracia antimonopolista", como supuesto nivel de transición al socialismo, lo que igualmente culmina en una política reformista.
El giro general a la izquierda expresa una determinada asimilación del desarrollo de la situación general de transformación histórica radical, en la cual diferentes evaluaciones y reivindicaciones, pero también las experiencias de lucha conjunta con el MLPD han entrado en la espontaneidad de las masas. Pero, al mismo tiempo y también de manera espontánea, surten su efecto las diferentes influencias sociales en las masas y caracterizan su espontaneidad.
Una conclusión consciente de los obreros y de las amplias masas de la nueva fase histórica de transformación radical sin embargo exige un salto cualitativo en la conciencia de clase de la mayoría decisiva de la clase obrera, que se está anunciando claramente, pero que aún está por venir. El giro a la izquierda en Alemania en su esencia es:
1. Un nuevo fenómeno en el proceso progresivo del desprendimiento acelerado de las amplias masas de los partidos burgueses, del parlamentarismo burgués y sus instituciones.
2. Una señal de la creciente crítica de las masas a las relaciones sociales, la cual se une cada vez más fuertemente con una expresa crítica al capitalismo. Con ello, la pregunta por una salida social se coloca cada vez más en el centro del desarrollo de la conciencia de clase, como una importante condición previa para la revolucionarización de las masas.
3. Expresión de que el anticomunismo moderno – ante el hecho de que el sistema del modo de pensar pequeñoburgués tiende a disminuir su efecto– pierde su influencia entre las masas.
Eso las abre al mismo tiempo para la alternativa socialista y el partido obrero revolucionario MLPD. Pero eso significa a la vez una lucha desplegada entre el modo de pensar pequeñoburgués y el modo de pensar proletario respecto al camino que debe ser tomado por las masas. Sería fatal creer que ese giro a la izquierda regalara automáticamente la mayoría decisiva de la clase obrera al partido marxista leninista e hiciera caer al capitalismo en una crisis revolucionaria. Podemos observar que la decepción política sobre la socialdemocracia en el movimiento obrero de Alemania no es equivalente al hacer frente con éxito a la ideología reformista, la cual se ha grabado profundamente en el movimiento obrero durante décadas bajo la forma de un modo de pensar pequeñoburgués-reformista y pequeñoburgués-revisionista. Ya en 1911 Lenin señaló en su escrito El reformismo en el seno de la socialdemocracia rusa, que el reformismo como ideología en la clase obrera continúa influyendo, si bien retrocede evidentemente su influencia política:
"No se trata ya de liberalismo contra socialismo, sino de reformismo contra la revolución socialista: ésta es la fórmula de la burguesía instruida y «avanzada» de nuestros días.... reformas contra la revolución, remiendos parciales del régimen que sucumbe, a fin de dividir y debilitar a la clase obrera, a fin de mantener el poder de la burguesía contra el derrocamiento revolucionario de este poder." (Lenin, en Obras Completas, tomo 20, pág. 324).1
Las masas necesitan hacer sus experiencias con la inutilidad de las concepciones políticas e ideológicas del Partido de la Izquierda, de carácter reformista de izquierda, para comprender la necesidad de la salida revolucionaria de la revolución proletaria internacional.
Esta experiencia sola, por otro lado, tampoco va a entusiasmar a las masas por el socialismo. Para eso se necesita un trabajo de hormiga sistemático de los marxistas-leninistas para ganar a la mayoría decisiva de la clase obrera por el socialismo e incluir las amplias masas en la lucha contra el gobierno.
Esto es todo el contenido de la lucha entre el modo de pensar pequeñoburgués-reformista y el modo de pensar proletario en el marco del giro a la izquierda, la cual perdurará durante todo un período de conflictos de clases y de la discusión ideológica de principios que los acompañará.
La discusión sobre el giro a la izquierda como una lucha desplegada entre el modo de pensar pequeñoburgués y el proletario es, según nuestro parecer, también una discusión importante a nivel internacional.
Por un lado, observamos que en América Latina, en los últimos años, las masas destituyeron en las elecciones a un gobierno ultrarreaccionario tras otro. Han surgido una serie de gobiernos progresistas antiimperialistas, en particular en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Paraguay o Uruguay, los que amplían el margen de acción del movimiento de masas revolucionario antiimperialista. Al mismo tiempo, esos gobiernos tienen una base reformista de izquierda o neorevisionista. Es decir, que actúan en el marco del sistema fortaleciendo así – simultáneamente a la autoconciencia antiimperialista y parcialmente también al fomento, a la propagación y discusión masiva de las ideas socialistas – las ilusiones en la posibilidad de reformar las relaciones de explotación capitalistas e imperialistas. Eso, a su vez, repercute en la revolucionarización de las masas. Reconociendo todos los avances y experiencias impresionantes en la lucha de clases y la construcción del partido en sus países, nosotros preguntamos: ¿No es así que después de la elección de estos gobiernos de izquierda, en cierta medida se haya canalizado nuevamente el proceso de la efervescencia revolucionaria más allá de las fronteras en América Latina –el cual se ha desarrollado a partir de ese milenio– hacia el apoyo de los gobiernos de izquierda y de sus actividades?
Apreciamos los éxitos de los gobiernos antiimperialistas, tales como en Venezuela, Ecuador y Bolivia. El derrocamiento del rey reaccionario mediante la pueblada de 19 días en abril de 2006 (Janaandolan II), en Nepal, está sellado ahora con la abolición de la monarquía por resolución de la Asamblea Constituyente. Las elecciones a la Asamblea Constituyente en Nepal terminaron con una clara victoria de las fuerzas de izquierda, encabezadas por CPN (Maoist). Deseamos de todo corazón que su anhelo de socialismo se vea cumplido. Eso sólo será el caso si se anda por el camino de la Revolución de Nueva Democracia con el objetivo del socialismo.
Sin embargo, con los gobiernos de izquierda y sus posiciones antiimperialistas en diferentes cuestiones, todavía no están eliminadas las clases dominantes y cómplices reaccionarias y proimperialistas de los monopolios internacionales, y la contrarrevolución aprovecha los márgenes para la desestabilización y la preparación de golpes de Estado. Es una cuestión clave si, bajo la dirección de la clase obrera, se continúa andando por el camino revolucionario hasta derrocar el viejo poder estatal, o si se imponen ilusiones reformistas de izquierda. El libro de Heinz Dieterich, catedrático en la Universidad Estatal de México, titulado El socialismo del siglo XXI, causó sensación a nivel internacional sobre todo por la razón de que él fue tratado por los neorevisionistas como "asesor" del presidente Hugo Chávez. Parece que, a partir de noviembre de 2007, junto con él ex ministro de defensa, se ha convertido en un adversario. Le molestaron las reivindicaciones de continuar con las estatizaciones y la ampliación de las estructuras de democracia popular en el borrador de constitución, al cual faltó muy poco para ganar la mayoría. Este autodesignado teórico pequeñoburgués para el socialismo del siglo XXI habla a tontas y a locas: "El objetivo … consiste en alcanzar la concientización de las mayorías en tal profundidad y amplitud, que la correlación de fuerzas a escala mundial se incline en favor de los sectores democratizantes; permitiendo, de esta manera, la neutralización creciente del sistema capitalista y de sus elites como determinantes de la lógica de desarrollo de la sociedad global." (Heinz Dieterich Steffan, El socialismo del siglo XXI, pág. 59, en Internet: www.puk.de/download/elsocialismo.pdf, 11/07/08, 10:37). Es una idea completamente absurda el "neutralizar" poco a poco al sistema capitalista, la cual entrega al pueblo sin defensa a los opresores. Lo que significa eso, muestra la teoría revisionista del camino parlamentario pacífico al socialismo y en 1973, en Chile, miles de personas la pagaron con su vida.
Por otro lado, los trotskistas se presentan a nivel internacional como si fueran muy radical y pretenden representar la posición de la clase obrera. Ellos sin embargo niegan las diferentes etapas de la revolución, dividiendo así la alianza de la clase obrera con las masas campesinas y otras fuerzas antiimperialistas. En breve: su programa no es la revolución proletaria internacional, sino división y liquidacionismo.
El giro a la izquierda, por consiguiente, no requiere de ninguna manera terminar la lucha por el modo de pensar de las masas, sino justamente requiere desarrollarla a niveles superiores. De esta lucha depende de manera decisiva cuál será el camino que van a tomar finalmente las masas. Cuanto más los partidos marxistas-leninistas pueden librar ese debate a escala de las masas, tanto más se puede aprovechar el giro a la izquierda a favor de un nuevo ascenso de la lucha por el socialismo.
Queridos camaradas:
En el 2008, El MLPD lleva a cabo su 8º Congreso. Como consecuencia práctica del 8º Congreso, el CC del MLPD ha decidido realizar una nueva ofensiva táctica por el verdadero socialismo relacionada a una candidatura que cubra todo el territorio nacional en las elecciones al parlamento nacional en septiembre de 2009. Su núcleo es la ofensiva ideológica por el verdadero socialismo. La ofensiva ideológica va acompañada por el trabajo de arraigar la lucha por las reivindicaciones económicas y políticas más importantes de la clase obrera y de las amplias masas, y de fomentar la organización de las masas. El agitar, propagar y organizar van a formar una unidad dialéctica.
Acerca de la interacción entre la lucha de clases nacional e internacional
Hoy día, bajo las condiciones modificadas de la internacionalización de la producción capitalista, sin duda, se ponen nuevas preguntas. En el seminario internacional del MLPD, en agosto de 2007, en Alemania, hemos explicado en una ponencia de introducción acerca de la interacción entre la lucha de clases nacional e internacional:
"Renunciar a la revolución en un solo país, significaría renunciar a destruir la estructura de poder imperialista en éste. … La lucha de clases nacional no se sumerge en la lucha de clases internacional; no desaparece en la corriente de la revolución internacional. Lo nuevo es que la lucha de clases nacional y la internacional entran en una nueva relación. Las luchas de clases en los diversos países se influyen mutuamente; las formas muy diversas de la lucha por la liberación nacional y social se animan mutuamente, se influyen, comparten las victorias y los fracasos, aprenden una de la otra, sí, se produce la transición de la una a la otra. Esto significa más que el deber ya hasta ahora natural de la solidaridad internacional con la lucha de clases en otro país. Esto es una compenetración mutua de la lucha de clases nacional en los diversos países con la revolución socialista internacional transformándose en un todo indisoluble. En este proceso la clase obrera adquirirá la nueva fuerza con la cual triunfará sobre el imperialismo mundial. La estrategia y táctica proletaria debe acelerar este proceso, debe unir de manera indisoluble la lucha de clases nacional en los países respectivos con la revolución socialista internacional. De esa manera la clase obrera se transforma en un factor de poder internacional que puede escribir la historia universal en el siglo XXI." (Documentación del Seminario Internacional del MLPD, págs. 314-315).
Hoy día el movimiento obrero y marxista-leninista internacional no dispone más de un centro revolucionario, a diferencia de la Unión Soviética socialista hasta 1956 y la República Popular China hasta 1976. Es el movimiento obrero y marxista-leninista internacional unido que debe ocupar su lugar. Eso requiere una nueva calidad del internacionalismo proletario. Sólo por este camino es posible establecer la superioridad estratégica del movimiento obrero revolucionario sobre el sistema imperialista mundial. La construcción de partidos marxistas-leninistas a nivel mundial, la superación de su fragmentación, su fortalecimiento hacia partidos de masas y su cooperación internacional para preparar la revolución internacional – éstas son hoy, a nuestro parecer, las cuestiones claves decisivas en la lucha por el socialismo. Este proceso abarca la teoría y la práctica, y sólo puede realizarse exitosamente sobre la base de una cultura de disputa proletaria. Desde este ángulo quisiéramos apreciar expresamente el papel del seminario internacional en el Ecuador.
Del 28 al 31 de agosto tendrá lugar en Alemania el tercer Seminario Internacional de Mineros y hasta ahora se han inscrito 24 delegaciones de 22 países. Estamos seguros: será un paso importante hacia adelante en la cooperación del proletariado industrial internacional y en la coordinación y revolucionarización internacional de las luchas obreras.
Además se está trabajando a toda marcha en las preparaciones para el Consejo Político de la Mujer Internacional, el 3 al 5 de octubre de 2008. Va a participar una gran diversidad de representantes del movimiento de mujeres internacional. Esperamos que va a causar gran entusiasmo, iniciativa y movilización para la Conferencia Mundial de Mujeres de la Base en 2011 en Venezuela. En este lugar quisiéramos destacar expresamente el papel de las camaradas de la organización de mujeres Confemec de Ecuador, así como de Ana Soto de Venezuela en ese proceso que señala hacia el futuro, pero que es también sumamente complicado. Y quisiéramos agradecer la excelente cooperación con la delegación de mujeres de carácter überparteilich2, de Alemania, donde participaron también nuestras camaradas.
Según nuestro parecer, el proceso iniciado para la "construcción de una forma de organización internacional para la cooperación y coordinación de la actividad de partidos y organizaciones revolucionarios autónomos" tiene importancia estratégica para la maduración del factor subjetivo en la preparación de la revolución socialista internacional.
Tal cooperación sólo puede realizarse sobre la base de respeto y solidaridad mutuos, independencia e igualdad de derechos, y llevando a cabo las diferencias mediante una cultura de disputa democrática. También sobre este tema quisiéramos continuar el debate con ustedes en ese seminario y al margen de las deliberaciones, sobre todo respecto a los próximos pasos a andar.
¡En este sentido deseamos al seminario un intercambio de opiniones fructífero y mucho éxito!
1 Editorial Progreso, Moscú, 1983.
2 no partidarizado; eso significa un principio de organización que une a gente con diferentes concepciones del mundo y/o afiliación partidaria sobre una base democrática y con igualdad de derechos (N. de T.).